Fallo en la metacognición. El efecto Dunning-Kruger

Todos en algún momento de nuestras vidas hemos sido o seremos víctimas del "Efecto Dunning-Kruger".  Niños, adolescentes y adultos de cualquier edad podemos caer de forma inconsciente en la trampa que plantea este sesgo cognitivo que nos lleva a afirmar, defender y argumentar desde el error una posición equivocada por no manejar toda la información disponible. 
Quizás lo más importante de todo esto es darnos cuenta de la necesidad de adoptar una actitud de aprendiz permanente ya que  si dejamos de aprender, probablemente tendamos a exagerar lo poco que sabemos "sentando cátedra" y quizás podamos no estar en lo cierto. 

Las investigaciones de David Dunning y Justing Kruger duraron un par de años y después de numerosos experimentos pudieron concluir entre otras cosas que para no ser víctima del síndrome Dunning-Kruger debemos aumentar nuestros conocimientos de forma permanente.
Esta situación puede llegar a frustrar a quien la vive en segunda persona siendo víctima de quien la propicia ya que se apoya en un doble pilar retro-alimentado por que en estas situaciones, las personas no sólo son incompetentes, sino que esa misma incompetencia les impide apreciar el nivel de su propia incompetencia

Para tener alguna pista que nos ayude a saber si nos encontramos bajo la influencia del efecto Dunning-Kruger resultará muy interesante contestar a alguna de estas preguntas:
  • ¿Estoy reconociendo las habilidades del otro?

  • ¿Estoy abierto a diferentes perspectivas y opiniones?
  • ¿Qué tanto tiempo le he dedicado a mi conocimiento?
  • ¿Tengo fuentes de información confiables?
  • ¿Otras personas saben más que yo? ¿Por qué?
  • ¿Estás abierto a críticas y reflexiones sobre tus habilidades y conocimientos?
  • ¿Prácticas la auto-reflexión sobre tus logros y los relativizas?, ¿Cuánta importancia les das?.
Si no quieres caer en las redes del efecto Dunning-Kruger  existen unas pautas muy sensatas que a veces se nos olvidan:
  • Controla tu ego. Opta por la humildad y el silencio.
  • Cultiva la curiosidad.
  • Evita la confirmación de prejuicios.
  • Huye de insultos y desplantes en las discusiones.
  • Aprende a abrir tu mirada y admite que puedes estar equivocado.