El experimento de la esperanza...

Reza el refrán que "La esperanza es lo último que se pierde" quizás el profesor Rudolf Bilz también lo creía y se inspiró en este dicho popular para bautizar al experimento que a continuación os contaré con el nombre del "Experimento de la esperanza".

En la década de 1920, en la Universidad de Harvard se realizó un experimento en donde se colocó a una rata en un barreño lleno de agua, cuyas paredes lisas no le permitían salir, a los quince minutos de nadar y agotarse, en pleno desconcierto, la rata moría a causa del stress.

Después de replicar el experimentos infinidad de veces, se observó que, de media, se rendían y se hundían en 15 minutos. La segunda parte del experimento consistía en que justo antes de que se dieran por vencidas debido al agotamiento, los investigadores las rescataban, las secaban, las dejaban descansar durante unos minutos y las volvían a poner para una segunda ronda.  De media, las ratas aguantaban y aquí viene los sorprendente,  60 horas nadando.

La conclusión a la que llegaron fue que, dado que las ratas creían que serían rescatadas, exigían a sus cuerpos más de lo que antes pensaron fuera posible. La esperanza de que algo o alguien las salvaría las mantuvo con la fuerza suficiente como para aguantar hasta 250 veces más tiempo que cuando no contaban con esa idea en sus cabezas.

Si la esperanza puede hacer que las ratas agotadas naden mucho más tiempo 
¿Qué podría hacer por ti una mayor convicción acerca de ti mismo y de tus habilidades?

En lugar de ahogarnos en un problema rápidamente, démosle unas cuantas vueltas. Tengamos en cuenta los recursos con los que contamos y las habilidades que tenemos. Tengamos esperanza de poder conseguirlo.

Es vital enfocarse en algo y creer que es posible, manteniendo la esperanza en que ese "algo" o "alguien" nos ayudará a mantener esa esperanza en nosotros/as mismos/as.