Todos estamos siempre ansiosos por verificar nuestras creencias, pero somos menos proclives a buscar pruebas que puedan refutarlas. Este fenómeno se llama "Sesgo de confirmación". El sesgo de confirmación es precisamente esa tendencia a buscar información que confirme nuestras ideas. Creemos en lo que queremos creer, pero, ¿tenemos la certeza de que nuestra visión de la realidad se corresponde con la realidad?. Cuando tomamos una decisión, es como si nuestro cerebro ni siquiera tuviera en cuenta todo lo que puede desacreditar lo que pensamos.
El sesgo de confirmación, es una distorsión del pensamiento, y en este caso representa nuestra tendencia automática a buscar información que confirme las convicciones que ya tenemos. Rara vez somos conscientes de esta distorsión porque nuestra mente acciona el piloto automático, buscando en el ambiente informaciones que nos den razón
En el ámbito educativo pasa muy frecuentemente e intentaremos explicarlo con un ejemplo. Imagínate que unos materiales educativos no me convencen, o no termino de ver un cambio metodológico, tenderé a recordar la opinión de los alumnos que tampoco aprecian estos nuevos materiales o cambios y olvidaré con más facilidad los comentarios de los alumnos que si los prefieren. Así me convenceré de que los alumnos opinan lo mismo que yo. Sin recopilar datos de manera sistémica (por ejemplo, con una encuesta), resulta imposible saber cuál es realmente la opinión mayoritaria y es fácil que termine inclinándome por la mía propia.